La realidad virtual es un hecho

Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, pasó a escasos metros de miles de personas y ninguno se percató de su presencia. Todos ellos estaban sumergidos en sus gafas de realidad virtual, felizmente ajenos a lo que sucedía en su entorno. Ocurrió el pasado domingo durante la presentación de los nuevos productos de Samsung.

La instantánea se viralizó en segundos y está llamada a convertirse en el icono de una feria que ha encumbrado las gafas de realidad virtual como la nueva sensación del mercado.

Todos los fabricantes están comprometidos en el éxito del dispositivo. A grandes rasgos, se trata de un visor con dos pantallas de alta resolución que permite sumergirse en un vídeo, una película, un partido o en contenidos para adultos, entretenimiento o educación por ejemplo. La experiencia inmersiva es absoluta.

El propio Zuckerberg se ha convertido en su mayor prescriptor al etiquetarlo como la siguiente gran plataforma social, capaz de «cambiar la forma en la que las personas trabajamos y nos comunicamos». Basta probarlo para convencerse de que muy pronto se convertirá en la nueva manera de expresarse, con una riqueza sensorial muy superior a todo lo visto hasta el momento. De hecho, a la percepción periférica se añaden giroscopios, acelerómetros y sensores de proximidad para aumentar el realismo.

Samsung, LG, HTC… llega la batalla

Samsung ha puesto en marcha la maquinaria promocional de su Gear VR, cuyo precio ronda los 100 euros, la mitad que hace unos días, sin contar que ahora se obsequia entre aquellos que adquieran el nuevo Galaxy S7 o Galaxy S7 Edge. La también surcoreana LG propone su 360 VR, cuyo precio por ahora es una incógnita y la taiwanesa HTC, quelanzará en abril su modelo Vive, por 799 euros, con su casco y micrófono incluido.

Oculus también goza de especial simpatía entre los nuevos adeptos al formato con el modelo Rift, que llegará al gran público el próximo marzo a cambio de 215 o 360 euros según el modelo. Sony, Lenovo, Huawei y Alcatel también diversifican esfuerzos en el joven mercado de los visores, con modelos que popularizarán el formato y cambiará los hábitos de los usuarios.

Todos ellos valoran la importancia estratégica de una nueva pantalla que podría restar cuota de interés a otras como la televisión, las tabletas o los móviles. Por lo pronto, más de un millón de usuarios de Facebook ya disfrutan de la criatura, generalmente para presumir de vacaciones con sus vídeos de 360 grados. Y pese a la juventud del gadget, no han faltado detractores de un invento que fomenta la individualidad y que provoca dolores de cabeza entre sus usuarios más intensivos.