Waze: la app de la polémica
La policía sostiene que se siente observada. Asegura que la aplicación Waze, que permite a los conductores indicar dónde hay controles de velocidad y alcoholemia, fomenta los stalkers (acosadores), una frontera difusa entre el acoso y el cotilleo. Dice que se siente dañada, debilitada. La app, propiedad de Google, mantiene el pulso y no piensa ceder. Al contrario, considera que lo mejor sería llegar a un acuerdo y que sus datos se usen para mejorar el tráfico. El debate abierto entre la aplicación y un grupo de sheriffs de Estados Unidos genera un dilema. ¿Es un delito avisar de dónde hay un control policial? ¿Perjudica la labor de las fuerzas del orden? En Waze consideran que no, que forma parte de su esencia. La aplicación combina las funciones habituales del GPS con una fuerte colaboración social; su comunidad es clave para que funcione. Con 50 millones de usuarios activos en 200 países, ofrece de forma gratuita advertencias sobre accidentes, atascos, radares, obras o mal tiempo. Incluye, además, la opción de avisar en qué punto está la policía. Precisamente esta es la utilidad que la policía de varias ciudades de EE UU pide que se elimine. Se puede indicar si los agentes son “visibles” o “están escondidos” —un icono lo señala claramente—, pero no se puede concretar, salvo en el espacio para comentarios, si están haciendo un descanso, un control de alcoholemia o si se trata solo de un forma de cazar a los amigos de la velocidad. […]