imagesTener una piscina limpia es fundamental para poder disfrutar de ella durante los meses de calor. Cuando encontramos que el agua está sucia puede deberse a que carezca de la arena de diatomeas suficiente para realizar el proceso de limpieza. Esta arena es un elemento filtrante de la depuradora de agua compuesta de curiosas algas microscópicas de colores. Se puede invertir el chorro para limpiar el filtro al cambiar el sentido del agua de la depuradora, o bien ir a una tienda especializada y comprar arena nueva para que cumpla su función.

Las algas son unos microorganismos que producen materia orgánica no deseada y crean un medio ideal para la proliferación de bacterias y hongos, además de hacer opaca el agua de la piscina. Para prevenir la aparición de algas aplicaremos alguicidas, que transforman su metabolismo y provocan su muerte antes de que produzcan daños.

Si la lámina superior presenta un aspecto descuidado, con restos de hierbas, hojas, insectos, aceites bronceadores y otras suciedades, observaremos la cubetas situadas al final del chorro o corriente de agua. Como estarán llenas las vaciaremos un par de veces al día para evitar obturaciones. Si persiste la suciedad, el problema radicará en una falta de caudal de agua en los chorros, que no llevarán estos restos hacia el skimmer.

Cuando detectemos malos olores e irritaciones en las mucosas tendremos que aplicar un desinfectante. A veces estos problemas están asociados a la formación de cloro combinado por lo que tendremos que aplicarlo de nuevo para eliminar el desarrollo de bacterias, virus y hongos. Comprobaremos el valor o pH del agua cada ocho días y lo ajustaremos entre 7.0 y 7.4 para una desinfección más eficaz. Valores superiores o inferiores provocarán reacciones molestas en el cuerpo y acortarán la duración de los productos.

Si el suelo está resbaladizo es hora de pasar la aspiradora. Lo haremos con una cierta periodicidad y ahorraremos tiempo, esfuerzo y dinero, ya que emplearemos menor cantidad de tratamientos químicos. Los limpiafondos más efectivos son los automáticos-robot, que pueden permanecer trabajando solos en nuestra piscina, evitan los obstáculos y pasan sin dificultad por los ángulos rectos.

Los aceites propios de los productos bronceadores ensucian el agua de la piscina; los restos del jardín pegados a los pies van donde vayamos nosotros; y qué decir de los pelos si no empleamos gorro de baño. Por eso, es muy recomendable hacer funcionar la depuradora en las horas de mayor utilización de la piscina. También es interesante que preveamos una depuración nocturna con el programador multifuncional.